martes, 23 de noviembre de 2010

Campanilla y la Bruja Mala




Había una vez un bosque donde vivía una pequeña y cariñosa hada llamada Campanilla. Todas las hadas le tenían miedo a una leyenda que circulaba en el bosque referente a la Bruja Mala. Campanilla, como era tan traviesa y curiosa, decidió averiguar si era cierta o falsa.

Una mañana temprano fue al Bosque Oscuro, y se encontró con tal oscuridad que sintió un escalofrío y una premonición, de que algo malo iba a suceder. Según iba adentrándose en el bosque, empezó a sentir como la empujaban, la golpeaban, la tiraban al suelo… Ella, intentaba defenderse, pero no podía, porque su don, que era el de fabricar, no surgía efecto en el bosque oscuro. Arrastrándola los seres oscuros y malignos la llevaron en presencia de la Bruja Mala. La bruja, al ver que era Campanilla, pensó hacerle un maleficio para quitarle su don, para que ella fuera más poderosa.

Campanilla, al ver que no podía luchar contra el maleficio, con la fuerza de su corazón se fue creando su energía interior y pudo comunicarse con sus amigas hadas. Sus amigas idearon un plan: un hada iba a burlarse de los seres oscuros para que fuesen tras ella, y entonces la Bruja Mala y Campanilla se quedarían solas. Los seres oscuros al ir tras el hada y salir del bosque, el embrujo fue desapareciendo y volvieron a ser seres buenos y ayudaron a las hadas en su plan.

El hada del agua fue por un lado y un joven por el otro. La bruja los oyó y empezó a lanzarles maleficios, pero eran demasiado rápidos.

Campanilla vio un bote que en la etiqueta ponía “Poción contra embrujo”. Entonces, empezó a correr y correr, llegó al frasco y se lo bebió. Empezó a dar vueltas y a volar y brillar. Ya podía volar con sus alas y gracias al frasco, ¡ya tenía su don! Entonces empezó a construir como un tirachinas, que en vez de tirar piedras, lo que lanzaba eran polvos mágicos voladores y saltarines.
La Bruja Mala se estaba enfadando mucho, tanto que iba a echar un maleficio saltando y volando, y saliendo todos corriendo, menos Mala, la bruja, que se quedó saltando, hasta que se desmayó y llamaron a la reina “Magia”, para que se la llevara a una mazmorra y todos y todas fueron felices y ya no tuvieron miedo nunca más.

Autora: María José Jumilla García (6º Primaria)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bonito

Anónimo dijo...

ola María José el cuento está muy bonito en horabuena eres una divina esto te lo dice María y maestro no me lo borres

Anónimo dijo...

el cuento esta mui xulo felicidades ija

Anónimo dijo...

si mui bonito maria joses espero k seas una buena alumna

Anónimo dijo...

muy chili maria jose esta percioso